
El chocolate anima
a los desilusionados,
y la ilusión anima
a los desamparados.
Es por eso que los sin techo
consumen discursos y promesas,
por votos.
Es por eso que los desamorados
consumen chocolates y manjares,
por placer.
a los desilusionados,
y la ilusión anima
a los desamparados.
Es por eso que los sin techo
consumen discursos y promesas,
por votos.
Es por eso que los desamorados
consumen chocolates y manjares,
por placer.