martes, 21 de julio de 2009

El guardián de la luz


No había amaneceres en la bahía de Los Impenetrables.
Hasta que una noche,
el guardián de la cofradía cerró los ojos,
abatido por el hastío ,
y en ese descuido ,
el sol se coló por su retina.
A la mañana siguiente ,
al despertar ,
vió como los sueños
encendían todas las luces .
Y jamás pudo volver a apagarlas .

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me han encantado estos pequeños relatos , un gusto inmenso, quiero más
beso grande
Jose Luis Améndola